27 de agosto de 2012


Hay momentos en la vida en los que necesitamos aprender a decir "adiós" a las cosas. Tenemos que dejar que se vayan, que se pierdan. No merece la pena esperar algo que nunca llega, eso es lógico, pero cuando hay sentimientos implicados nunca es fácil la guerra cabeza-corazón. Pensemos en frío: hubo momentos horribles, pero también los hubo geniales. Hubo días enteros de desesperación, pero también hubo meses en las nubes y amor 10. ¿Con que nos quedamos? Cada persona es una historia, y cada historia es un mundo.Por eso no os puedo hablar de libros con los que aprender a vivir y a enamorarse para salir entero y no perder ninguna parte de tu cuerpo por el camino. No os puedo prometer formulas que os den soluciones, ni pócimas mágicas ni trucos imposibles. Solo plantéate una cosa: dónde estás, hasta dónde has llegado, por qué, lo que has perdido, lo que has ganado, y lo más importante, lo que te mereces. Por tanto, dicho todo esto, mi decisión está tomada; "Ha sido muy bonito y todo eso... pero ahora, sálvese quien pueda."

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