24 de octubre de 2012

el sol y la luna, la noche y el día

Somos como el ying y el yang,el sol y la luna,la noche y el día,fiestero y muy fiestera,de marca y sin ella,negro y blanco,y yo que elegí quererte y todas las consecuencias que ello conllevaba, elegí que tu fueses la persona que llenase mis días de sonrisas, elegí que me comieras a besos, elegí también tu voz al otro lado del teléfono. Elegí llorar por ti de vez en cuando, elegí creerme tus verdades y creerme a medias tus mentiras. Elegí que no quería otros abrazos, ni otras manos deambulando por mi pelo. Elegí nuestro mes del año y nuestro día del mes. Elegí el miedo a fallar y los impulsos, elegí las miradas, elegí temblar, elegí hacerme adicta a ti, a tus manías y a tu manera de hacer las cosas. Elegí conservar intacto cada momento, y dejar huella. Elegí no callarme nada, elegí dártelo todo, elegí hablar de nosotros cuando hablaba de mí, elegí ser fuerte y luchar por un solo motivo,elegí que tú fueses mi vida, para siempre. Elegí no poner límites. Elegí arriesgar y jugármela por tí

Maldita dulzura la tuya.


Te hecho de menos. Quizás no de manera física, pero necesito tus ¡gracias,eres la mejor!. Bueno, tampoco vamos a engañarnos, hecho de menos que me abraces, me molestes o me hagas reir con cosquillas. ¿En que pienso? en nada. Mmm pero no puedo negar que no piense, sobre todo en ti. No puedo negar todos los momentos que hemos pasado.
Quizás solo sea temporal, y dentro de unas semanas lo haya olvidado.
Odio los finales, de hecho nunca dejo que una canción termine del todo.
Nunca quise que acabara.

El error no fue conocerte,fue pensar que eras diferente

Tú llegaste a mi vida para enseñarme, tú, supiste encenderme y luego apagarme. Tú te hiciste indispensable para mi. Y con los ojos cerrados te seguí, si yo busqué dolor lo conseguí, no eres la persona que pensé, que creí, que pedí. Mientes, me haces daño y luego te arrepientes, y ya no, no me quedan ganas de sentir. Llegas cuando estoy a punto de olvidarte, busca tu camino en otra parte mientras yo busco el tiempo que perdí. Y hoy estoy mejor sin ti. Voy de nuevo recordando lo que soy, sabiendo lo que das y lo que doy, el nido que buscaste para ti. Y el tiempo hizo lo suyo, y comprendí, que las cosas no suceden porque sí.
http://www.youtube.com/watch?v=xftFxCYQTdk

No se callaba nada,y todo lo que decía,lo decía gritando.

“Para que todo el mundo se entre” decía “no me gusta repetirlo todo dos veces” Eso me hacía sonreír.
Bailaba sin música, y lo daba todo. Me agarraba del brazo e intentaba que bailase con ella en la cola del supermercado. “Por favor” me decía, poniendo aquella carita de pena “hazlo por mi” Aunque sabía que yo nunca lo haría. Fingía que se enfadaba y luego yo la conquistaba con cosquillas.
Por las mañanas gruñía. Su capacidad para comunicarse disminuía brutalmente y solo decía palabras de una sílaba. “Mal humor mañanero” avisaba nada más levantarse ” no me hables”. Pero siempre se despedía con una sonrisa y un “No me eches mucho de menos anda”. 
Quizá por eso me enamore de ella. Por su sonrisa.
Sonreía cuando había que sonreír, incluso cuando no la apetecía, lo hacía por los demás.
Por lo que os estoy contando parece que siempre estaba haciendo el tonto pero sabía estar seria. 
Recuerdo cuando murió su abuela. No la vi llorar pero se la notaba triste, pero aún así, cogió a su primo de 4 años y le empezó a contar historias de su abuela, con la sonrisa falsa más elaborada que he visto.
Cantaba, no solo en la ducha, si no en todas partes“Sé que mi voz no es bonita, pero eso no significa que no cante bien” . Nunca se lo dije, pero a mi me parecía que tenía la voz más bonita del mundo.
Recuerdo sus pantalones rotos. La hacían pasar un frío flipante en invierno, pero ella los llevaba igual. “Son mis favoritos” y sonreía.
Era la primera a la que le gustaba estar guapa y llevaba escotes de vez en cuando, pero también la que tenía más de tres sudaderas en las que cabían dos como ella. Y sus chandals.
Su música rara que ponía a todo volumen. Sus zapatillas desgastadas que cuando se rompían, se compraba unas iguales. “Las amo” era su escusa. Yo si que la amaba a ella.
Recuerdo cada detalle de ella. Su amor por las pizzas y su adicción por los chicles de menta. Los caramelos que siempre llevaba en la mochila.Ella era así.
“No me importa” era su filosofía de vida. 
Y también recuerdo mis esperanzas. Jamás la vi tanto tiempo con el mismo chico, y pensé que yo era especial. Que se quedaría conmigo. Tonto de mi.
Pero lo que más recuerdo es el día en que se fue.
Llevaba esos vaqueros rotos aunque llovía. Y una sudadera azul en la que ocultaba su cabello. Estaba esperándola en el portal y llego empapada, pero sonriendo. En cuanto llegó mi pensamiento fue “Joder, que enamorado estoy”. Me dio un beso de esos que tanto me gustaban. De los dulces que saben a cariño.
-¿Subimos? - pregunte. Yo solo quería una excusa para tumbarme a su lado.
- No, esto…te tengo que decir algo - y dejó de sonreír. En ese momento lo supe. No escuche lo que dijo. Pero sé que me dijo. Alguna mierda de que no podía seguir así y de que esto no llevaba a ninguna parte. Escusas baratas. Me dio un beso en la mejilla y se fue.
Justo antes de desaparecer se volvió, y sonrió. Esa sonrisa salvaje que me dijo más de lo que cientos de palabras podían expresar.
“Los corazones salvajes no se pueden romper”
Y era a eso a lo que se dedicaba ella. 
Aparecía, te hacía el hombre más feliz de la tierra y te dejaba.
Te partía el corazón en mil pedazos y se llevaba uno como trofeo.
Y lo hacía, una y otra vez, para que nadie se lo hiciese a ella.
Porque de lo que tenía miedo, era de que la hiciesen daño,
asique, ella se lo hacía a los demás.

En realidad su filosofía de vida era: “No me puedes hacer daño”

persona -e q u i v o c a d a''

No me enamoré de el por su cuerpo o por que fuera guapo, me daba igual la verdad. Me enamoré de él por como era, por su manera de pensar y por su manera de animarme. Me enamoré de él porque ver su sonrisa por la mañana era lo más bonito del mundo. Porque cuando él se acercaba, solo para decirme enana, me hacía feliz. Porque el me entendía cuando me quejaba de todo, porque me aguantaba día tras día sin quejarse. Porque me quería y simplemente por el echo de existir me hacía la persona más feliz del mundo.
Y puede ser que me enamorara de la persona equivocada, que tanta perfección me hiciera decir tonterías, que no fuera lo que mejor me venia en esos momentos, pero lo de enamorarse, no se puede elegir, cuando te enamoras, te enamoras y punto. Y sí, es un poco tarde para decir todo esto, pero me da igual. Soy de esas personas que si no dice las cosas, revienta.