Hay tantas cosas bonitas, que nos dejamos olvidadas
22 de noviembre de 2012
Un segundo. Un momento.
Un instante es suficiente para que todo cambie. El motivo? Unas simples palabras. Un inofensivo acto. Cualquier cosa, por minúscula e insignificante que parezca, puede hacer que tu vida de un vuelco. Que, sin darte ni cuenta, pases de todo a nada. De felicidad a tristeza. De amor a odio. Lo peor es no poder controlarlo. No saber las palabras que no hay que pronunciar para que todo siga igual. Termina siendo insoportable. Y lo único que te queda es acostumbrarte. Aprender a asimilar los cambios. Aprender a vivir con el miedo al destino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario